Curioseando dentro del “Tao Te King” de una amiga (gracias Caro!) encontré esta carta que envió hace un tiempo a El Mercurio, mi queridísimo profesor de pensamiento oriental, Gastón Soublette, en la cual pone de manifiesto (y aplicado a nuestra realidad actual como sociedad chilena) la búsqueda del equilibrio de las polaridades en el ejercicio del poder y por ende la reivindicación de las virtudes yin (femeninas, maternas…) en un mundo dominado por lo yang (masculinas, patriarcales…).
Señor director:
En uno de los hemisferios cerebrales residen los patrones de conducta basados en la intuición, la receptividad, la poética de la vida, la gentileza, la misericordia, la prudencia, etc. En el otro residen los de la fuerza, el intelecto, la inventiva, la ambición, la autoridad, el rigor, etc. Este segundo inventario de “virtudes” ha sido lo propio de la sociedad patriarcal y sus sistemáticos abusos de poder desde la noche de los tiempos. Las otras virtudes maternas, para darles un nombre adecuado, han vivido siempre a la sombra del poder patriarcal. Sólo se han mostrado al mundo desde un sitial destacado cuando los maestros espirituales de la humanidad han logrado interrumpir, para beneficio de todos, la cadena autoritaria de los patriarcas.
En relación con esto, cabe observar que la mayor parte de los movimientos feministas se han constituido para reclamar por la injusta discriminación que han sufrido las mujeres desde tiempos inmemorables, pero han carecido de la base ideológica adecuada para plantearse el aspecto más profundo de la cuestión, es decir, no han buscado una revaloración de lo específicamente femenino, sino tan sólo seguir el juego de los hombres, procurando acceder a los beneficios que ellos mismos se han atribuido. El feminismo debería promover desde todas las cátedras, y sin ánimo de contienda, las virtudes maternas, sin cuyo paliativo las megalomanías del patriarca seguirán llevando a nuestro mundo a un despeñadero.
Las mujeres al poder, como solución a este problema (¡y que problema!), se perfila hasta la fecha como una posibilidad de corregir los abusos del patriarcado, que hoy son ley y normalidad en el mundo, en lo que se refiere a la discriminación en materia de géneros.
Pero en lo que respecta a la necesidad urgente de un vuelco de conciencia que equilibre la balanza de la ambición y la bondad, eso es más difícil pues las mujeres cuando acceden al poder tienen que hacerse cargo del “bulto”…tal como los patriarcas se lo entregan. Se entiende aquí por bulto a una comunidad humana que en su mayor parte concibe la vida no como un don, sino como un problema, de modo que el vivir consiste sólo en solucionar problemas, una sociedad que tiene la cancha previamente rayada para concebir el mundo sólo como un sistema financiero y tecnológico. Tal es el bulto, Gente muy difícil de gobernar y de ayudar a que supere la pobre idea que se ha hecho de las cosas y de sí misma.
Si las mujeres que hoy toman responsabilidades de gobierno en este país pudieran traernos algo de ese bálsamo, el proceso de saneamiento psíquico del mundo habría comenzado en esta larga y angosta faja de Tierra llamada Chile.
Gastón Soublette.
2 comentarios:
Grrrraaaaande Soublette!
el quijote taoista jejeje
aprovechadlo antes de que se nos vaya!
- Respecto al tema al comentario anterior... así como vá nuestro chamán Soublette, tiene larga vida asegurada junto a nosotros. QUizás no corporalmente, pero si con su profundo legado investigativo.
Namasté!
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